Páginas

sábado, 19 de enero de 2013

¿Amistad o acto de fe?

¿Cuántas veces hemos confiado en alguien y luego nos ha dado la espalda? ¿Cuántas veces después de ello hemos vuelto a confiar en esa persona? ¿O hacer nuevos amigos con los que nos ha pasado lo mismo? ¿Por qué la gente es tan hipócrita, porque la gente critica a alguien o algo y luego lo pone en práctica y tan contentos?
El ser humano es de naturaleza sociable, pero, al fin y al cabo siempre se mira por el bien de uno mismo, porque esas amistades, esa sociabilidad es la que nos permite hacer y conseguir cosas, entonces la amistad ¿es un medio para conseguir lo que se quiere o de verdad iniciamos una amistad de forma desinteresada y posteriormente surgen las oportunidades?
¿Cuál es la verdadera solución de este laberinto de incógnitas? ¿Ser asocial y no juntarse con nadie lo cual sería poco adaptativo y al mismo tiempo raro o intentar escoger mejor cuales son aquellas personas con las que nos juntamos? Y aun así en este último caso, seguiremos errando en muchas de nuestras elecciones, pero seguirá siendo necesario y al mismo tiempo gratificante, tener amigos y confiar.

¿Cuál es vuestra opinión sobre este tema? ¿Alguna posible solución?

4 comentarios:

  1. La verdad es que es un tema que me toca “muy de cerca”. No es una, sino varias veces las que me he tenido que enfrentar a algo así… dejas de confiar en la otra persona, pero, lo peor de todo, que empiezas a dudar de los demás, y hasta de ti misma… ¿Será por mi culpa? ¿Hice algo mal? A veces pienso que las relaciones de amistad son como relaciones mercantiles… unos buscan dinero en la otra persona, maneras de “progresar”, otros buscan afecto y apoyo. Sea cual sea el caso, estamos siendo egoístas. Anteponemos nuestros propios deseos a los del otro, sólo que determinados deseos parecen más justificables, ya que con ellos no se daña a la otra persona,… podríamos decir que son deseos “benevolentes”. La experiencia me ha enseñado que por mucho que intentes alejarte de toda posible fuente de dolor, siempre acabamos volviendo a confiar, volviendo a ilusionarnos, volviendo a querer poco a poco… aunque una parte de nosotros nos diga “¡CUIDADO! ¡ALÉJATE! Que luego será demasiado tarde…”.
    Besoss y ánimo con el blog, que los comienzos siempre son duros ;)

    ResponderEliminar
  2. Gracias Dafne por tu comentario, espero que tengas más suerte en el futuro, aunque de estas cosas pocos nos salvamos. Con respecto al blog, me propongo que aunque no actualice todos los días no dejarlo a un lado y espero que no sea como los propósitos de principios de año que casi nunca se cumplen ;)

    ResponderEliminar
  3. Desde mi punto de vista, la amistad es desinteresada, se basa en querer al otro por lo que es y no en intentar sacar beneficio de la relación que se comparte, es dar al otro lo que necesite cuando lo necesite sin esperar nada a cambio.
    Si la relación se convierte, como decía Dafne, en algo mercantil, deja de ser una amistad para ser una relación. ¿De qué tipo? Eso es decisión de cada uno, pero yo al menos no lo denominaría amistad.
    Obviamente de los amigos obtienes cosas: apoyo, compañía, ayuda,... pero no tienes esas amistades para obtener unos beneficios.

    Como consejo (siempre desde mi punto de vista, no hay por qué aplicarlo, sólo comento lo que me ha servido a mi), diría que está bien volver a confiar, volver a equivocarnos y volver a sufrir. Porque conoces a gente que merece la pena, aunque no sea para siempre (pues nada es eterno). Porque a pesar de que puede que al final se termine, mereció la pena mientras duró.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Asian por tu comentario ^^ Por supuesto cada uno decide como actuar en estas situaciones y no debemos dejar de lado todos los consejos se se están quedando en estos comentarios.

    ResponderEliminar